Siempre queremos más.

Por primera vez en los siete años que te conozco, siento que me ignoras. O quizás me ignoraste esa año nuevo, ese en que no gané el sorteo. Lo que si sé es que no pasé inadvertida. Es que siempre, cómo decirlo, combinamos. Fuimos una buena dupla, hicimos buenas cosas, dijimos otras mejores. El mundo ciertamente era más bonito en ese entonces, cuando teníamos menos desiluciones y fracasos en el cuerpo. Pero pedíamos más, porque siempre queremos más. ¿Era porque nos movíamos en estándares fifa?
Tuvimos todo allí, la felicidad allí, las tardes increíbles allí, y acá, hoy, todo me suena a recuerdos épicos.

Si volviera a ese estadio, no sería a uno menos espectacular que aquel. Y eso que odio las metáforas deportivas, igual que Cameron.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Estética de la decadencia.