Cientos de horas navegando en redes sociales, imaginando vidas ajenas. Ver esas fotos tan lindas que le tomas a tu polola y desear ser ella: pero no ser ella por ser tu polola, sino desear ser ella, la mujer a quien le toman fotos bonitas con cámaras análogas para que otros como yo puedan verme a mi como yo la veo a ella: a través de tus ojos y con la belleza que le da el ser amada. Como si la belleza estuviera en el hecho de ser amada y no en sí misma, no en mi misma.

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